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Pueblo

El pueblo se asienta entre Arroyo Grande y Arroyo de Caganchín, cuyo caudal depende del agua recolectada tras las lluvias. Entre su patrimonio destacamos la Iglesia de San Cristóbal que se encuentra en el extremo occidental de la población. Años antes de la construcción de la iglesia, hubo en su lugar un castillo, denominado el Castillo de los Blancos, que dio nombre al pueblo.

La localidad, al disponerse sobre un alto, regala a visitantes y lugareños unas vistas excepcionales que ofrecen un paisaje que varía del amarillo al verde, según la época del año. Los olivares también componen sobradamente el paisaje y la recogida de su fruto condiciona el trabajo temporal de la localidad. De la aceituna se obtiene un aceite de oliva virgen extra que ha recibido varios premios de calidad y que se encuentra muy codiciado. 

En lo que respecta al núcleo municipal, Castilblanco no es un pueblo de grandes cuestas. Se mantiene relativamente llano y las cuestas más destacables se corresponden con las salidas del término a la carretera o por los caminos, o dentro del núcleo las que deparan a la calle doctor Ledesma. De la época  medieval se conservan distintas estructuras, entre ellas la calle del Castillo que nos recuerda a la vieja fortificación que rodeaba la villa. Algunas plazas del pueblo siguen una disposición antigua con casas que funcionaban como un enjambre, todas unidas, y atajadas por vías relativamente estrechas, que con el tiempo se han ampliado. El resto del pueblo ofrece una imagen de viviendas holgadas. Se conservan casi intactos los barrios del Perchel y del Picocerro. Se extienden sobre ellos viviendas más modestas, que fueron concebidas para el día a día del campo.

Bajando el pueblo nos encontramos el campo de San Matías, lugar al que acudían antiguamente los pastores para descansar. Su ermita servía de cobijo para los viajantes. A día de hoy, está acondicionado con merenderos, fuentes y barbacoas de obra que son ideales para actividades de recreo. En la misma zona se encuentran el albergue municipal y una pista de pádel, a disposición de quienes reserven  de forma previa. También, la señalización del camino de Guadalupe. 

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